Cuando entramos en una casa, nos encanta que ésta huela a limpio. A continuación, te damos unos consejos para que tu casa huela siempre bien.

Para conseugir un ambiente garadable en casa, es fundamental que esté limpia y aireada. Ventila todos los días, abriendo las ventanas al menos diez minutos, intentando "hacer corriente" para que la ventilación sea más eficaz. No debemos "disfrazar" los malos olores con ambientadores químicos que no son saludables. Podemos "ambientar" nuestra casa de forma natural, con ingredientes sencillos a nuestro alcance.

Cuando cocinamos en casa, el olor a comida muchas veces se impregna por toda la casa. Evítalo hirviendo en una olla agua con un chorrito de vinagre y unas cáscaras de naranja o limón, al mismo tiempo que cocinas. Cuando hayas terminado de recoger, podrás pulverizar por toda la casa un ambientador casero que consueguirás llenando un bote con agua, dos cucharadas de bicarbonato y dos o tres gotas del aceite esencial que más te guste: romero, menta, limón, etc. Agita el pulverizador para que se mezcle bien y lo tendrás listo para usar tantas veces como necesites.

  Para que los armarios huelan de maravilla, puedes hacer bolsitas aromáticas ¡serán un entretenimiento para los días lluviosos! Coge esos "retales" de telas que te encantan pero que son muy pequeños y haz una bolsita. Puedes rellenarla de hierbas aromáticas como romero o hierbabuena, de flores secas de lavanda (que además es antipolillas) o si tienes alguna pastilla de jabón con un olor que te guste, puedes rallarlo (sí, sí, con el rallador de la cocina) y meterlo dentro de la bolsita. Cierra la bolsa con un lazo o cinta y mételo dentro de los armarios, o en los cajones de la ropa interior, ¡te sorprenderá el resultado!

 Los textiles del hogar suelen absorber los malos olores. Para evitar los malos olores en las alfombras, puedes espolvorear bicarbonato sobre ellas, dejarlo toda la noche y al día siguiente quitarlo con el aspirador. Para las cortinas, una buena idea es lavarlas a menudo y colgarlas en su sitio cuando aún estén un poco húmedas, para que desprendan el olor del lavado.